Friday, March 14, 2014

Entre tanto té, estoy tranquila.

Mi cuerpo vencido en el sofá
miradas de silencio que no van a ningún lado
el arte que el viento trae por la ventana con ese gran instinto natural
la prosa hermosa en el aire.
Todo cautiva mis oídos, me pierdo ensimismada sintiendo recuerdos a lejanías. Viajo a los paisajes, a las ciudades más hermosas que conocí, con la gente más hermosa que viví. La música hace su fácil y explícita tarea, melodía infinita para mi locura, todo es tan real como lo fue el licuado de esta mañana, y no conforme con eso, te quedaste en mi memoria. Lo recuerdo todo.
No sé que pensar, estoy pensando tantas cosas que de a ratos me siento mal. Estúpida es la palabra, tonta, infinitamente tonta y estúpida. Entre tanto té, estoy tranquila. Ahora ya sé lo que me pierdo.
Besarte al revés, besarnos mordiéndonos un poco porque nuestras bocas no se reconocían, estaban besando bocas diferentes, buscándose con las manos en un enredo infernal. 
Decime como se hace el amor.
Sos injusto —Le digo.

Igual,
apenas lloro. Apenas me quejo. 
Es triste llegar a un momento de la vida en que es más fácil abrir un libro en la página diez de marzo y dialogar con su autor. De aburrido a suicida. 
Ando tan lejos, como es natural. La joroba está en que la  naturalidad y la realidad se vuelven no se sabe por qué enemigas, hay una hora en que lo natural suena espantosamente falso. 
Descubro nuevos mundos en tu piel, simultáneos, ajenos, cada vez sospecho más que estar de acuerdo es la peor de las ilusiones
¿Por qué esta sed de ubicuidad, por qué esta lucha contra el tiempo?
Me pongo a leer
miro una foto.
Pero son cosas que me ocurren, mientras que sí soy yo la que decide, casi siempre es hacia atrás.
Mi mano tantea la biblioteca
y me apasiona el hoy, pero siempre desde ayer. Y es así como el pasado se vuelve presente y el presente un extraño y confuso futuro donde chicos con tricotas y chicas de pelo suelto toman sus cafés créme y se acarician con una lenta gracia de gatos o plantas.
Hay que luchar con eso.
Hay que reinstalarse en el presente.



Thursday, March 13, 2014

Pero lloro lo mismo

Supongo que estás durmiendo o mirándote los pies. Yo sostengo un espejo y creo que sos vos. Pero no lo creo, te escribo porque no sabes leerme. Si supieras no te escribiría, o te escribiría cosas importantes. Alguna vez pensaba escribirte, igual, parece increíble que alguna vez... Ahora solamente te escribo en el espejo, de vez en cuando tengo que secarme el dedo porque se moja de lágrimas.
¿Por qué?
No estoy triste. Ya no lloro más, de verdad, estoy contenta, pero es tan difícil entender las cosas, necesito tanto tiempo para entender un poco esto que los otros entienden enseguida, pero ellos que todo lo entienden tan bien no te pueden entender a vos y a mí, no entienden que yo no puedo tenerte conmigo, no entienden y en realidad no les importa, y a mí que tanto me importa solamente sé que no puedo tenerte conmigo.

Me siento como los hongos que crecen en los pasamanos de las escaleras, en piezas oscuras donde huele a sebo, donde la gente hace todo el tiempo el amor y después fríe huevos y pone discos de Vivaldi, enciende cigarrillos y habla y habla, todos hacemos el amor y freímos huevos y fumamos, ah, llueve tantísimo, mucho más que en el campo. Y cuando pienso esto me pongo a llorar, hay que vivir combatiéndose, es la ley, la única manera que vale la pena pero duele, y es sucio y amargo, y a vos no te gustaría todo esto, vos que ves a veces los corderitos en el campo o que escuchas los pájaros parados en la veleta de la casa...

Ya no importa si uno no tiene fuerzas para seguir eligiendo algo verdadero, si uno se ordena como un cajón  y te pone a vos de un lado, el domingo del otro, el amor de la madre, el juguete nuevo, el tren. Pero lloro lo mismo, me equivoco, porque a lo mejor soy mala o estoy enferma o un poco idiota, no mucho, un poco pero eso es terrible, la sola idea me da cólicos, tengo completamente metidos para adentro los dedos de los pies, y te quiero tanto, te quiero tanto, tanto.

Tuesday, March 4, 2014

Quien sabe respirar el aire de mis escritos sabe que es un aire de altura, un aire fuerte. 

Es preciso estar hecho para ese aire, de lo contrario se corre el peligro no pequeño de resfriarse en él. 

El hielo está cerca, la soledad es inmensa - ¡más que tranquilas yacen todas las cosas en la luz! ¡con qué libertad se respira!, ¡cuántas cosas sentimos por debajo de nosotros!. 

La filosofía, tal como yo la he entendido y vivido hasta ahora, es vida voluntaria en el hielo y en las altas montañas, búsqueda de todo lo problemático y extraño en el existir, de todo lo proscrito hasta ahora por la moral.

Una prolongada experiencia, proporcionada por ese caminar en lo prohibido, me ha enseñado a contemplar las causas a partir de las cuales se ha moralizado e idealizado hasta ahora, de un modo muy distinto a como tal vez se desea: se me han puesto al descubierto la historia oculta de los filósofos, la psicología de sus grandes nombres.

¿Cuánta verdad soporta, cuánta verdad osa un espíritu?, esto se fue convirtiendo cada vez más, para mí, en la auténtica unidad de medida.

El error (el creer en el ideal) no es ceguera, el error es cobardía...

Toda conquista, todo paso adelante en el conocimiento es consecuencia del valor, de la dureza consigo mismo, de la limpieza consigo mismo...

Yo no refuto los ideales, ante ellos, simplemente, me pongo los guantes.

Friedrich Nietzsche

Monday, March 3, 2014

Cuántas nomenclaturas para un mismo desconcierto...

No quiero escribir sobre vos, por lo menos hoy. Necesitaría tanto acercarme a mí misma, dejar caer todo eso que me separa del centro.
Acabo siempre aludiendo al centro sin la menor garantía de lo que digo, cedo a la trampa fácil de la geometría con que pretende ordenarse nuestra vida de occidentales.
Incluso esta existencia que a veces procuro describir, este lugar donde me muevo como una hoja seca, no serían invisibles si detrás no lateral la ansiedad axial, el reencuentro con el fuste.
Cuántas palabras, cuántas nomenclaturas para un mismo desconcierto. A veces me convenzo de que la estúpidez se llama triángulo, de que ocho por ocho es la locura o un perro. Abrazada a vos, esa concreción de nebulosa, pienso que tanto sentido tiene hacer un muñequito con miga de pan como escribir la novela que nunca escribiré...

¡TODAVÍA INMERECIDO!
Te juro que es demasiado pronto, pero entonces, tal vez, vielleicht, maybe, forse, ah mierda! Mierda infinitamente mierda, sí, interminable mierda y obstinación, repudio, asco, y un poco de placer escondido en un bolsillo tan sucio, tanto asco y mierda por la cara y por el mundo, treinta y cinco pesos sucios que no los necesito, supermierda de inframierda.
Me quedo acá y voy escuchando un piano mecánico, algunas carcajadas manoseando las vitrinas. Y ruido, bahhhhhh, todo es ruido. Yo. Y trenes que vienen trayendo y llevando gente. Y yo. Todo se va, todo se aleja y yo. Mientras yo me quedo en la esquina con los pies mojados.

Estoy tan lejos de todo.