Tuesday, July 9, 2013

Dejemos de hacer esto..

¿Y vos? ¿Que elegís? ¿Kechup? o la cara maldita de un panda? sandalias rotas en algunos lados, o el olor del polvillo de la tiza, o una mañana de lluviosa de domingo. ¿O preferís besos y orejas mordidas? Dejemos de hacer esto.
Cada mañana me levanto, siento, creo, veo y huelo. Recuerdo tus abrazos tan cerca como si fueran reales, siento tus besos que chocan con mis labios, y lloro. Me veo a mí y a vos, en tu habitación, pensando en las cosas que podríamos ser, en todo lo que podríamos soñar, pero todo lo que yo pueda decir es mentira, y el resto es silencio. Sólo que el silencio no existe. Las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia. Y yo.. ¿yo que estoy haciendo de mi vida? ¿Nuestros sentimientos son reales y tan fieles como creemos que son? ¿Es tan real que puede ser magico? No sé, solo sé que necesito tu piel, necesito que vivamos, necesito disfrutar el momento. Y si tenemos que vivir algo, escuchemos el viento sumado entre los árboles, confiemos en el espiral de emociones que recorre nuestros cuerpos cada vez que nos tocamos, que la vida no la quiero vivir separados. Toquemos las cuerdas de este arpa que produce música para nosotros, toquemos justo esa cuerda posible de la partitura soñada, por las almas que nacieron en el Río Nilo, por los gemelos del Popol Vuh, y por las miles de noches que te soñé. Volemos, descorramos lentamente el vuelo, para no enceguecernos con él sol del último día. Compartamos amor, compartamos tus sonrisas, que no se las lleve la brisa. Compartamos las tortillas ganadas en cada comida, por la claridad de nuestras ideas e intenciones. Abramos el túnel, dejemos paso al sentimiento, hoja a hoja sin saltearnos ni una página de mi historia, que la prisa es una deuda que se paga cara. Juremos amar para siempre la vida, la música como a nosotros mismos. Jurame que me vas a amar siempre, juramelo. Conciliemos esto, nuestros sentimientos en una hamaca en la selva, rodeada de los deseos de los sacerdotes que soñaron con Tikal, o las mujeres que escribían a Julieta. Soltemos el caudal del prolífico para que nos rieguen nuevos caminos, nuestros caminos. No pensemos en el pasado, solo desatemos los nudos de vidas anteriores, soñando con citas de caramelo en alta mar.
Callemos.
Pensemos.
Festejemos.
Compartime un cachito de tu cielo,
compartamos un pedazo de la eternidad.